La Catrina inicialmente era conocida como “La Calavera Garbancera”, título que le dio José Guadalupe Posada al grabado en el que representó a una mujer con atuendo muy fino, para evidenciar las criticas sociales que se vivían en el país de desigualdad e injusticia. Luego, como símbolo popular de la muerte y adoptando el concepto, el muralista Diego Rivera la bautizó como “Catrina”, la dotó de la elegancia y figura con la que es conocida en todo el mundo. La Catrina es parte de la cultura viva mexicana, de sus usos y costumbres, pues se ha vuelto artesanía que resalta la riqueza formal y espiritual del país.